Beneficios de la Transmisión Ósea en el Parkinson
La transmisión ósea es una tecnología innovadora que ha demostrado tener un potencial significativo en el manejo de los síntomas asociados a la enfermedad de Parkinson. Esta técnica implica la conducción de sonido directamente al oído interno a través de los huesos del cráneo, evitando así los mecanismos auditivos externos y medios.

¿Cuáles son los beneficios específicos para los pacientes de Parkinson?

Mejora de la audición:
Reducción de la distorsión del sonido: Al evitar el paso del sonido a través del oído externo y medio, que pueden estar dañados o presentar disfunciones en pacientes con Parkinson, se logra una señal auditiva más clara y nítida.
Amplificación selectiva: Los dispositivos de transmisión ósea pueden ajustarse para amplificar las frecuencias que más dificultad generan al paciente, mejorando así su comprensión del habla en entornos ruidosos.

Alivio de la hipoacusia neurosensorial:
Compensación de la pérdida auditiva: La transmisión ósea puede ser especialmente beneficiosa en pacientes con Parkinson que presentan hipoacusia neurosensorial, una pérdida auditiva que afecta directamente al oído interno.
Mejora de la calidad de vida: Una mejor audición puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes, facilitando la comunicación, la interacción social y la participación en actividades diarias.

Potencial impacto en otros síntomas:
Estimulación cerebral: Algunos estudios sugieren que la vibración ósea puede estimular ciertas áreas del cerebro involucradas en la enfermedad de Parkinson, lo que podría tener un impacto positivo en otros síntomas como la rigidez, los temblores y los trastornos del movimiento.
Mejora del estado de ánimo: Una mejor comunicación y una mayor participación social pueden contribuir a mejorar el estado de ánimo y reducir los niveles de ansiedad y depresión, que son comunes en los pacientes con Parkinson.

¿Cómo funciona la transmisión ósea en la práctica?
Los dispositivos de transmisión ósea se pueden implantar quirúrgicamente o utilizar como prótesis externas. Estos dispositivos captan el sonido a través de un micrófono y lo transmiten a un vibrador que se coloca detrás de la oreja o sobre el hueso mastoideo. Las vibraciones son conducidas a través del hueso temporal hasta el oído interno, estimulando directamente las células ciliadas.

Es importante destacar que la transmisión ósea no es una cura para la enfermedad de Parkinson, pero puede ser una herramienta valiosa para mejorar la calidad de vida de los pacientes y ayudar a controlar algunos de sus síntomas.